sábado, 4 de julio de 2009

Día D (ahora sí).

Hoy es el nuevo día D.

A las 10:00h me bajan en la cama a PCV (Patología Cerebral Vascular). Mientras estoy en la sala de espera con mi familia, aparece el cuerpo técnico de PCV y me dicen lo siguiente :

Hola "Francisco", le hemos dado muchas vueltas a las imágenes de tu arteriografía, y hemos comprobado que el primer aneurisma, el que te íbamos a embolizar hoy,  no existe, era un "artefacto" creado por la sustracción de imágenes con/sin contraste que hace el ordenador, por lo que vamos a colocarte un stent, para intentar arreglarte el otro.
¡¡Imagínate!! uno de mis aneurismas ¡¡NO EXISTE!!. Qué alegría; y todo esto delante de mi familia, en la cama y esperando para entrar a la sala de intervención. Mi hermana Gloria acertó plenamente al decir :
.. pues sí que son buenos éstos tíos, antes de empezar y ya te han arreglado uno!! 
Tras darnos esta noticia, el equipo al completo se larga en grupo a tomar café. Les dejamos con alegría y contento que se tomen el asueto necesario, pues queremos que me intervengan completamente tranquilos, descansados y preparados.

Ahora me enfrento al desafío que supone que te van a meter en una sala, donde te introducirán un catéter por la ingle (arteria femoral), llegando con la punta del mismo hasta el mismísimo colodrillo, el cual ahora sé perfectamente dónde está ubicado (el colodrillo).

Entro en la sala, me tumbo en la estrechísima super-camilla y me empiezan a preparar para la intervención. Dos anestesistas me buscan las venas por las que sumergirme en el mundo de las drogas, pero mis venas ya no son lo que eran y me preparan un desastre en los brazos, que "p'a qué". Tras encontrarme una arteria propicia, me colocan un gotero y me dicen : " ... ahora es posible que te marees un po..."

Aproximadamente 45 minutos más tarde, el doctor Luis López-Ibor,  jefe del servicio, abandona el mismo de paisano, y al cruzarse con mis familiares, les dice :

"- Ah, ha ido todo muy bién. Ya hemos terminado, aunque falta todavía que le despierten y todo eso."
Me "cuasi"-despierto cuando un neurólogo me hace un examen neurológico completo, es decir, me pone un dedo delante y lo mueve para ver si lo sigo con la mirada. Ahora en serio, me hace un examen para ver que todo anda bien. Al salir al pasillo, camino de la UCI, veo a toda mi familia. Estamos todos contentos y nerviosos.

Permanezco en observación en la UCI de Neuro-Politraumatizados del Clínico 24h; procedimiento habitual después de una operación con anestesia general. No os doy más detalles de mi estancia allí, pues en una UCI no es nada agradable estar, aunque la atención del personal es increíblemente cálida, profesional, dedicada, ... en dos palabras : impresionante de buena.  Y llegamos al día D+1.

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